En el centro, tanto de Cuzco como de Arequipa, prácticamente en cada cruce de calles hay un policía de tránsito, lo que venía siendo en España un guardia de tráfico. Curiosamente, son mujeres en casi su totalidad. Conozco alguna a la que eso de dar órdenes a golpe de silbato le vendría como anillo a la dedo.
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