Paellada de españoles en Varsovia

La primera máquina

Los días de la semana

Lunes: Poniedziałek
Martes: Wtorek
Miércoles: Środa
Jueves: Czwartek
Viernes: Piątek
Sábado: Sobota
Domingo: Niedziela

Kasia

Kasia es de Kraśnik, un pueblecito de 40.000 habitantes, en la provincia de Lublin, borde de la frontera polaca con Bielorrusia y Ucrania, de esos en los que la gente vive atenta al paso de cualquier coche con matrícula que no sea de la zona. Cuando salen de viaje no cierran sus casas porque sus vecinos se encargan de cuidarla.

Desde la primera vez que, cumplidos ya 16 años, Kasia llevó a su primer novio a casa de sus padres, siempre se cumple el mismo ritual: su padre le secuestra a la cocina, quizás le recuerda pasajes de novelas de Puzzo, cabezas de caballo en las camas, y, tras pocos minutos de algo más cercano a monólogo que a charla, el chico se larga como ánima en pena, directamente a su casa, a veces sin despedirse. En Kraśnik, una mujer con más de 25 años que no esté casada es considerada difícil de colocar.

Kasia jugaba al voleibol y tiene ahora 26 años.

Llueve

Flor, en polaco, se dice kwiat. Abril, Kwiecień.

"Penalty y expulsión, ¿de quién?"

banalidad
1. Propiedad de lo que es banal.
2. Dicho o hecho banal.

Cada loco con su tema. La preocupación de los idiotas son los trucos de magia para llegar a fin de mes sin que lo noten los vecinos. La de Elena Salgado, que visión tienen los sindicatos de la crisis. La del colectivo de árbitros de fútbol, a quién designarán el Madrid-Barça. Demasiadas trivialidades, banalidad a esgaya.

La mía, igual de vulgar.

Vestigios del muro del guetto, en Sienna 55

Nuevos colores, viejos sentimientos

Rojiblanco, siempre, por el Sporting.

En el museo de la Insurrección

¿Me corto las venas o me las dejo largas?

Varsovia es una ciudad a la que el que llegue con un día malo, o hace terapia intensiva de Enklawa, famosa discoteca en el ámbito de EDPR, o se cuelga de algún olmo del parque Wilanów. Recomiendo lo primero. Los reclamos turísticos que tiene, excepto Nowy Swiat y Stare Miasto, son tétricos, neoexpresionistas como los nosferatus de uñas retorcidas y sombras alargadas: el Museo de la Insurrección del guetto, restos del muro de rojo ladrillo de éste, el cementerio judío, el más grande de Europa, dicen, los campos de concentración convertidos en museos, fotos de la Varsovia devastada por los bombarderos de la Lutwaffe tras la segunda guerra mundial.

En algunas calles, de noche, si escuchas atentamente, aún se pueden reconocer los ecos del golpeo de las botas de los soldados de la SS en los adoquines, marchando acompasados, casi al unísono, a paso ligero, rozándose la tela de los uniformes. Una voz desgarrada dirige el compás, enviando lo que crees órdenes de búsqueda, de tu búsqueda, esos gritos en alemán ordenan buscarte a ti. Cesan los ruidos de las botas y una orden distinta, más tajante, metálica y enérgica, precede a una ráfaga de disparos. Un cuerpo se desploma. Un escalofrío descose tu columna vertebral, como si bajaran una cremallera, porque piensas que tarde o temprano descubrirán tu escondite.

Por suerte aún queda una pianista.

Prisión Pawiak

Prisión política de la Gestapo por la que desfilaron más de 100.000 personas, camino de campos de concentración todos aquellos que no morían allí.

Una comida típica polaca

Zurek, sopa polaca de boletus con salchichas y huevo cocido servida en pan
Pollo y Pato con guarnición
Cerveza
Total: 102,5 PLN, unos 22 euros al cambio actual

Que el polaco de la mesa de al lado haya trabajado en la fábrica de SEAT de Martorell con los de Estopa: NO TIENE PRECIO

Unas fotos de Cracovia

AUSCHWITZ-BIRKENAU

Si estremece pensar las condiciones de vida en Auschwitz, en este otro campo estaban por debajo de lo que se podía considerar infrahumano. La mayoría de los barracones tenían el formato de los establos en donde la caballería alemana guardaba a sus caballos. En el espacio donde habitualmente alojaban a 52 de éstos, hacinaban a 400 prisioneros. Cerca de 100.000 personas llegaron a estar a la vez en este terrorífico complejo de alrededor de 5 km2. Los hornos crematorios eran capaces de deshacerse de 5.000 cuerpos al día.

AUSCHWITZ

Al lado del pueblecito de Oswiecim, unos kilómetros al oeste de Cracovia, la Alemania nazi levantó uno de grupos de campos de exterminio más atroces y sonrojantes de la historia de la humanidad. Auschwitz fue el nombre que se dió al primero de ellos. Llegó a albergar a 20.000 prisioneros.