El jueves la excursión fue, a través de la Ruta 9, a Humahuaca, en la provincia de Jujuy. El tour fue entretenido, con una guía muy simpática, pero con un sorpresón enorme. Conocí a un aragonés de Gurrea de Gállego, Huesca, Miguel, que había estado en varias ocasiones colaborando en Lima en proyectos sociales de colegios para niños pobres, y que se encuentra actualmente viajando desde Ushuaia a Cuzco, donde estará un par de meses estudiando antes de presentarse a unos exámenes de antropología en la UNED.
Por supuesto, conocedor de la realidad de muchos países sudamericanos, especialmente Perú, fue un placer su compañía en el viaje, tanto por los relatos de su experiencia en trabajo social como por las anécdotas del viaje que estaba realizando. Espero que me cuente por donde anda y que va haciendo. Además, tiene un proyecto para ayudar a construir una planta de un edificio social en un barrio pobre de Lima que le he pedido que me envíe y, cuando lo tenga, le haré de recaudador y os pediré dinero para echar una mano.
Ya lo vereis en las fotos que pronto subiré, pero el paisaje en este tour es impactante, visitando pueblos como Purmamarca y el Cerro de los 7 Colores, Tilcara y su fortaleza o Pucará, Huacalera y el cementerio de altura y, finalmente, San Salvador de Jujuy, capital de la provincia. A San Salvador espero poder ir mañana a ver el partido de fútbol que se disputará entre el Gimnasia y Esgrima de Jujuy (más conocidos como los Lobos Jujeños) y Newell´s Old Boys, de Capital Federal.
En Humahuaca perdí la oportunidad de entrar en el libro Guiness en número de días consecutivos comiendo bife, porque probé un guiso de cabrito tipico de la zona, como no, con empanadas.
La última curiosidad: los pueblos indígenas construían sus cementerios en la zona más alta posible porque tienen la creencia de que, así, tardarán menos en llegar al cielo.
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