lunes, 19 de marzo de 2007

El mal agudo de montaña (MAM) o mal de altura

Como podeis ver más abajo, en la segunda de las excursiones, se llega a cotas de 4.170 metros (La Paz, en Bolivia, está a 3.600 metros). Bastante antes de llegar a esta altitud, a partir de los 2.500 metros, se sufre lo que se llama el MAM (en las zonas andinas se le conoce como puna o soroche), que se produce no por la falta de oxígeno, ya que la composición del aire es siempre la misma, ya lo decía Mecano, "oxígeno, nitrógeno y argón, sin forma definida, ni color", sino por la disminución de la presión de oxígeno, que se traduce en una sensación de peor respiración o de falta de aire.

Los síntomas son los ya conocidos: dolor de cabeza, mareos, vómitos, falta de apetito, como veis, muy parecidos a los de una resaca de domingo por la mañana. La falta de apetito, en mi caso, es muy improbable que se dé, pero no me vendría mal una inapetencia equivalente a 4 kg de peso. Hace unos años viajé por trabajo a Quito (2.800 metros de altitud) y no recuerdo haber dejado de comer, ni mal de altura.

El remedio, por excelencia, para el MAM, es mascar hojas de coca, cuya tenencia en estas provincias es legal. Se recomienda deshacerse de estas hojas en cuanto se abandonan estas provincias, porque en el resto del país es ilegal poseerlas. Eso quiere decir que no admito encargos para llevaros las hojas que sobren.

Por último, la regla de los tres mandamientos para prevenir el MAM: "comer poquito, andar despacito y dormir solito". Intentaré cumplirlas.

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