Cafayate

Bueno, el martes, madrugón para ir hasta Cafayate. Salta es una provincia grande, por tanto, distancias grandes y carreteras de cuando la conquista de Hernán de Lerma, tirada importante a donde sea.

Salimos a las 7 de la mañana, y volvimos a las 6 de la tarde, con una sesión de bus de la leche. Cafayate es el núcleo de Salta donde se producen los vinos de la región, con uva torrontés el blanco y con uva malbec el tinto. Los que probé en la bodega estaban buenos, pero tampoco para tirar voladores. Allí comi bife (tres de tres, ya quisiera Gasol estos números) para seguir con la aclimatación del body para la excursión de San Antonio de los Cobres, en la que se pasa de los 4.000 metros de altitud. El vino que me pusieron era del estilo del de Cangas, de esos que si se te cae en la ropa, o la tiñes de granate acerezado o la tiras. O sea, la tiras.

Por el camino pasamos por la Quebrada de las Conchas, una formación montañosa (léase con acento más bien pedante) muy chula, de la que no os puedo poner fotos hasta que no esté en BsAs. Me compré una libretilla para anotaciones con símbolos guarros de fecundidad y cosas de esas, pero me parece que la he perdido.

Por la noche teníamos clase de cocina de empanadas salteñas, pero me quedé charlando con una nena francesa sobre anti-globalización y esas gaitas que sólo nos interesan si la encausada está buena. Una amiga suya, alojada también en el hostel, por cierto, podría salir en el disco "Disneylandia"de Titás:

Joven francesa de viaje por Sudamérica se enamora de un colombiano de un mercado de bisuterías en Rosario ...