jueves, 21 de octubre de 2010

No se cómo titular esta entrada

No sabía como titular esta entrada, por lo que voy a pediros consejo, si, a los dos que leeis el blog, a vosotros. Quería que se titulara "Presagios", porque las palabras que llevan "ges" me han paecido siempre muy dramáticas, "Anticipaciones", porque en esencia, la historia eso hace o eso creo que hace, "Destino", o simplemente "Ye lo que hay, Manolín".

El caso es que tengo un amigo en Cracovia, José Sousa, portugués de Martifer, expatriado en toda la connotación de la palabra, que ha alcanzado esa extraña condición de amigo que le damos a un tipo que aún habiéndole visto menos de 10 veces en tu vida, estás totalmente seguro que es de absoluta confianza. Además, José es una persona encantadora.

Ningún plano en una película se monta en vano, como no hay ningún fragmento de una conversación entre mujeres, ojo, sólo mujeres, por muy banal que nos parezca, que no haya que analizar por todo lo que carga detrás, por todo lo que hay que escuchar entre líneas. Mi amigo José, expatriado de pro, recordadlo porque este plano no es gratuito, se marcha de Polonia. Volverá a tomar aire y vinho verde a su Portugal natal antes de pegar el salto a cualquier otro lado, estoy seguro con pértiga, porque ya el mundo le queda corto. El sábado me iré en tren a Cracovia y volveré el domingo a Varsovia, tras haber pasado la prueba de fuego de comprarme los billetes en la Warszawa Centralna en un correctísimo polaco después de haber tenido hoy una intensiva lección ad-hoc con mi profe. Cortando tentáculos se aprende a capar y a hacer pulpo a feira.

Y me jode que se vaya porque la marcha de José, en cierto modo, me ha recordado que yo también un día me iré. No sé si dentro de 4 meses, dentro de 1 año o de 30, pero me iré. También me ha recordado nuestra condición de extranjeros ya para siempre: en Gijón o en Oviedo soy el polaco y aquí el español, seguramente con algún calificativo delante, fijo de esos muy calificativos.

Este es el presagio, el anticipo o como diga la sabiduría popular que tenga que llamarse esto. Os invito a que propongais título.

13 comentarios:

nachogenghis dijo...

Lo que el viento se llevó

Oscar dijo...

Dado que no conocemos el momento o la posición en que ocurren las cosas (que se lo digan a Heisenberg), podrías titularlo "El principio de incertidumbre. O, por otra parte, "Confianza ciega que se ve, que se va"

Anónimo dijo...

Un "hasta luego, amigo" (seguro, que os encontrais en otro momento en el sitio más extraño que podáis pensar) supongo que es demasiado poco elaborado ¿no?

Anónimo dijo...

Con tu permiso, voy a tomarme la libertad de opinar, porque leo tu blog y porque me llega cierta emoción contenida en la historia, y una nunca ha sido de piedra, ni creo que llegue a serlo, aunque reconozco que muchas veces me hubiese gustado ser fría como una roca.

Desde luego me encanta “Ye lo que hay, Manolín”. Claro, directo, al grano, sin rodeos y con cierto toque de humor que le quita dramatismo a la despedida.

Nada más, solo desearte un feliz fin de semana, sin duda, cargado de emociones.

“La vida fluye, y nadie puede bañarse dos veces en la misma agua” (Rabindranath Tagore)

Jose Rivero dijo...

A ver, Santi, yo viví tres años en Alemania y me pasó algo similar a lo que comentas (sólo que con una tía :-)). Te doy mi opinión:

Punto 1: En Gijón o en Oviedo no eres "el polaco", sino "el marica". Esto ya era así antes de que te fueses (temporalmente) a Polonia, o sea que en este sentido no ha cambiado nada. Y cuando vuelvas, seguirás siendo "el marica", así que creo que debes eliminar la preocupación de ser "el polaco" cuando te llegue el momento de tomar la decisión acerca de tu vuelta. Es cierto que cuanto más tiempo estás fuera, más extraño te sientes cuando vuelves a tu país. En paralelo, cada vez haces más vínculos en tu país de destino... Pero es algo totalmente reversible.

Punto 2: Por tu penúltimo párrafo, da la impresión de que no te gusta recordar que un día te irás de Polonia. Personalmente, y me vuelvo a apoyar en lo que a mí me pasó en su momento en Alemania, creo que todo el mundo (o casi todo el mundo), después de una temporada fuera acaba echando de menos su país, y teniendo la percepción de que en España se está mejor. Y lo digo yo, que me lo pasé como los indios en Alemania. Si tu percepción coincide más o menos con la que acabo de describir, yo creo que no te debería preocupar que un día te marches de Polonia. Simplemente tendrías que dar por descontado que volverás a ver al Sporting los domingos en El Molinón y que incluso vamos a ganar una liga, la que nos deben desde el año 80 cuando el árbitro echó injustamente a Ferrero en el minuto 5 del partido contra el Madrid. Y entonces te dará igual que la vuelta sea dentro de 4 meses, 1 año o 30 (aunque supongo que eso de 30 es una pijada), porque ya tendrás asumido que lo que vas a hacer es volver, coño.
Punto 3:Mi recomendación es que te emborraches con tu amigo José Sousa, pero sólo lo justo, porque entre el carácter llorón innato de los portugueses, lo emotivo de la despedida y el añadido del vinho verde, te va a dar una llorera del 15, y ello os puede llevar a incluso sobrepasar la fase de exaltación de la amistad siempre presente en las borracheras serias, con los consiguientes peligros asociados.

Por último, mi recomendación para el título:
"Coño, resulta que mi blog lo leen muchos más de dos!"

Un abrazo Santi y a disfrutar mientras se pueda, que la vida son cuatro días y en Asturias y en Polonia, tres son nublaos.

Me voy a cenar a "Casa Tino".

Anónimo dijo...

Pero bueno, me levanto a las 7 de la manana y mientras me tomo el cafe leo el blog. Frotandome el ojo derecho pienso en como titular la entrada y lo escribo. Ahora son las tantas de la noche y estoy cansado como un perro, y veo que mi entrada no esta ahi! Se la ha tragado el ciber space! Del primero paso al ultimo! No juego. No te pongas melancolico, Santi, que jabatas por descubrir las hay en todas partes. Me pongo otro vino, and one more for the road
Chus from London

Santi Rubín dijo...

Chus, esperaba tu entrada impacientemente.

Ana Rubín dijo...

San, si todavía no es muy tarde dale recuerdos a José, las tres lo pasamos muy bien cenando en Cracovia. Ayer me comentó Mari Paz que me iba a dar una botella de vino para que la tomes con él a nuestra salud, espero que podais beberla antes de que marche.

Santi Rubín dijo...

Hoy el anfitrion es Jose, no creo que vaya a dejarme invitarle a cenar, pero espero que el cuarto o quinto whisky si.

Carmen Chico dijo...

Busco y encuentro mentes y plumas más experimentadas y experimentales que la mía.
Cito de Nocilla Dream:
"Está descrito que la materia, los objetos, todo lo que vemos, son grumos, catástrofes ocurridas en el espacio plano, neutro e isótropo que había en El Principio. Son las llamadas Catástrofes de 1ª Especie. Cuando a uno de esos objetos algún agente extraño lo saca de su equilibrio, se inclina por algún destino empredecible arrastrando consigo a otros circundantes o muy lejanos, como una fila de fichas de dominó en la que la primera golpea a la siguiente. A esto lo llamamos Catástrofe de 2ª Especie.
Eso.

Santi Rubín dijo...

Me gusta esa descripciòn, catástrofe de segunda especie. Debo releer.

alelopiedra dijo...

Hola Santi, hola a los dos que te leen, jajaja.
Posteo algo tarde porque María me borró la respuesta hace un par de días por la mañana; ahora por suerte duerme y no hay peligro.

Respecto a la partida de tu buen amigo, yo lo titularía:

"Un hilo verde invisible". El proverbio chino habla de un hilo de color rojo.....tendriá que buscarlo.

Transladándolo a tu estado emocional actual, lo traduciría en algo así como:

un hilo invisible que nos mantiene unidos por siempre a alguien con el conectamos intensamente, del mismo modo al que tú has descrito; un hilo invisible a pesar de la separación y la incertidumbre de si algún día volverá a haber un encuentro. Un hilo verde porque dicen, es el color de la esperanza.

En cierto modo eres un marinero en ruta transoceánica, siempre he pensado en los marineros que dejaban en puerto a sus familiares, hijos, amigos etc, y la extraña sensación que deberían tener al regresar y percibir que se habían perdido tantas cosas...

Bueno, pues por aquí no hay grandes cambios (salvo la preocupación por la arena de Xixón y la gresca de los del PP enfrentados por la vuelta sí o no de Cascos).

Para nosotros (mi entorno cercano)no creo que nunca hayas sido "el polaco" (me sorprende esa afirmación y además, no me gusta). Eres Santi, San, Rubín. Y eso por muy lejos que te toque trabajar.

Termino con una anécdota.

Hace años tomaba yo un café en una céntrica cafetería de Oviedo, muy conocida y de "buen nivel" (La Menorquina quizás?)

Era Septiembre, fiestas de San Mateo. Dos "niñas bien" comentaban indignadas que en plena celebración habían visto a dos tipos por los chiringuitos, en camiseta corta y en bañador, con chanclas y piernas muy belludas.

Pocos días después le pregunté a Jorge mi cuñado si habiáis ido por Oviedo y con esa indumentaria.

Al confirmármelo no pude evitar reirme un buen rato.

Así que antes de abandonar Polonia, ya sea dentro de un año o de treinta, date un paseo en bermudas, aunque estéis a bajo cero (aunque si es dentro de treinta años, mejor pensamos otra cosa, jajaja)

Un abrazo, ánimo y saludos a tu amigo José

Ale

Santi Rubín dijo...

Ale, ¿qué otros dos podrían haber sido?

Otro abrazo.

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