martes, 19 de octubre de 2010

Noviembre siempre es Noviembre

En un sueño una persona se despierta dentro de un laberinto, como sacado de "El resplandor", laberinto de un jardín francés, con setos altos como las paredes de una casa de techos altos y pasillos angostos. A veces la superposición de paredes es tan perfecta que no le permite ver claramente hacia donde se bifurca el camino, de forma que no puede anticipar hacia donde seguir, cómo franquear la ley del laberinto, hasta que no se encuentra encima. Ni siquiera puede pensar en girar siempre por la izquierda, o por la derecha, o aleatoriamente. A veces las pareces se vuelven de metacrilato, de ese que no nos deja olernos ni manosearnos, y ve que es lo que que hay detrás, y detrás de las paredes que hay detrás, y detrás de las que hay detrás de las que hay detrás, en una espiral sin fin, como la de los reflejos de dos espejos enfrentados, y cae en una trampa porque sigue sin conocer la ley, aunque el efecto de la luz sea placentero. A veces las paredes se levantan y se derrumban al llegar a la encrucijada, y crecen como un infranqueable muro de piedras, son un muro de piedras, en los que si pulsa la adecuada, se acciona un interruptor que permite moverlo como si no tuvieran peso, como si levitase.

Ahí está, agazapado, acechando a la vuelta de la esquina, incansable como Robert Mitchum en "La noche del cazador". Noviembre siempre llega en Noviembre. Veremos donde se abre la ventana.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

La mejor manera de salir de un laberinto es por arriba, volando, construyendo unas alas de plumas unidas con cera, solo hay que tener cuidado de no volar muy alto para que el sol no derrita la cera, ni muy bajo para que la espuma del mar no moje las plumas.

Como todo en esta vida, es cuestión de actitud.

Santi Rubín dijo...

¿quién ha hablado de salir del laberinto?

Anónimo dijo...

Lo siento, me ahogaba dentro. Pero que salga el que quiera nada mas.

Santi Rubín dijo...

No pasa nada, estab solo incitando a la respuesta.

Anónimo dijo...

El caso es que no se si he conseguido salir, o todavía estoy medio atrapada.

Uno sabe pero se olvida de que sabe...

Santi Rubín dijo...

ahora si que estoy perdido, fuera del laberinto, pero perdido

Anónimo dijo...

No, tu no, yo soy la que anda perdida y enganchada a tu blog. En fin "ye lo que hay" y no es nada malo, supongo.

Santi Rubín dijo...

Perdida conduce al animo y enganchada a la compasion. Perdida es mas romantico, no?

Anónimo dijo...

Sí, si nos ponemos romanticos, desde luego que lo es mucho más. Además no me gusta nada que me compadezcan.

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