sábado, 6 de abril de 2013

aquí yacen dragones

Hay libros y viajes que te cambian, después de leerlos y realizarlos levantas la vista y el horizonte que conocías ya no es el mismo, ha cambiado de situación, color y olor. Después del prólogo del propio Fernando León de Aranoa, camino ya de Gambia, he tenido esa sensación y he parado de leer.

Cuenta que, en la antigüedad, allí donde los geógrafos no habían todavía cartografiado porque los valientes aún no se habían percatado de que ese lugar debiera ser explorado, el miedo a lo desconocido, donde yacían dragones, te obligaba a viajar provisto de aquello que, considerado imprescindible, era poco probable de encontrar en el destino.

Tengo ganas de llegar a Gambia, causadas por la certeza y consciencia de que no seré capaz de capturarlo todo con mis retinas cada vez con más presbicia, como en esas películas que ves por segunda vez y descubres una pista que no viste la primera y te das cuenta de lo tonto que fuiste en no asociar ese detalle con la trama final, ese objeto, ese personaje que le da sentido a un paisaje que sin él no sería completo.

En fin, obligado por mis carencias visuales, viajo preparado, como decía el zorro amigo del principito, para fijarme en lo esencial, que os recuerdo que no se ve con los ojos.

Fernado León de Aranoa me enseña que en Gambia hay dragones.

No hay comentarios:

free hit counters