No hay nada tuyo que no quiera ver yo.
No tengo tan claro que te conozca.
Intuyo, apenas, algo acerca de ti
y todo lo demás está en la sombra.
Te miro y pienso, te miro y me digo:
“quien quiera que seas, ¿de dónde has salido?”
Lo quiero todo, y tengo muy claro que no
te voy a entender más que en parte.
Me importa mucho más verte vibrar, así,
que descifrarte.
Te veo y quiero que tu me veas,
quien quiera que seas, quien quiera que seas.
Tan poco tuyo que ahora soy yo
y nunca fui tan de nadie...
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