lunes, 8 de febrero de 2010

Kamchatka y diazepam

Hace unos pocos días comi en Oviedo con Henar Parra y Nicolás González, dos grandes personas, dos extraordinarios amigos. Entre copa y copa de vino Henar me dio la mala noticia, a la traidorada, como se dan las noticias que más duelen de que se incorporaba a trabajar a España después de su expatriación en Lisboa, y más que mala es horrible porque Lisboa era el lugar donde resistir, mi Kamchatka particular. Desde hace años disfruté los fines de semana que pasé en su casa, porque me servían para conocer rincones nuevos de una ciudad por la que me encanta pasear, en donde me encuentro muy a gusto desde la primera vez que estuve allí. Y sobre todo porque me servían para pensar, porque Henar, sin ella saberlo o sabiéndolo, cada vez que me contaba algo de su vida, diferente a la mía, muy distinta, si las vidas tuvieran díámetros las nuestras serían diametralmente opuestas, me ayudaba a resolver alguno de los pequeños enigmas que asomaban a la mía. Y conseguía lo que han conseguido pocas casas que no sean las de mi familia: que me sintiera cómodo, como si llevara viviendo, en ella y en Kamchatka, siglos.

Hoy he recibido una noticia muy triste. Una amiga se va de Gijón a Sao Paulo, es otra de esas personas diametralmente opuesta a mi, si las personas tienen diámetro. Conocí a Márcia Mercês hace unos cuantos años, cuando la casualidad hizo que la que entonces era mi profesora de portugués enfermara y la academia donde estudiaba eligiera a una brasileira como sustituta. Fue uno de esos días que uno recuerda porque le ha tocado la lotería sin jugar nada, de gratis. Márcia es una mujer buena, valiente, fuerte, capaz, honrada, su vida, al menos la que yo he conocido ha sido una carrera de obstáculos, y los ha saltado todos, daba lo mismo como fueran, altos, largos, negros, blancos, todos los ha saltado. Pero todas las carreras de obstáculos se acaban un día, el que el saltador se cansa de pasarlos, y ella se ha cansado. Me ha entristecido enormemente, Márcia, escuchar la noticia de que te vuelves a casa, y eso que la llevo esperando 4 años. Prometo, y aqui lo dejo escrito, que iré a verte en 2010. Y me tienes para lo que necesites.

Mi alma entona una canción, un poco más muerta que ayer por todo lo que se va y ciclotímica de per se, tímida, me dice al oído que os echará de menos y me pide una dosis de diapazem para irse a dormir. También por hoy se ha cansado de obstáculos.

No hay comentarios:

free hit counters