miércoles, 17 de junio de 2009

En Helville de Luxe no hay ninguna jota

Siete minutos, exactamente, duro la ilusión del concierto del Bunbury. La Teje se me acerca y me dice: "con lo rara que pone la boca, esto es un playback". Desde entonces, me dediqué enfermizamente a intentar seguir los movimientos de los labios y encajarlos con la letra de las canciones, llegando a la misma conclusión que Bea: parecía playback. Y duró dos horas el espectáculo, comedura de tarro incluida.

Bunbury ha actuado en Varsovia, en el Klub Próxima, ante un montón de españoles expatriados de camisa de cuadros. Y me ha gustado. No daba un duro por él, pero escuché su último CD, emuleado, y me gustó. No es el héroe callado que recordaba, pero sigue siendo un showman, un tipo raro, uno de esos que siente una atracción espontánea hacia las cosas extrordinarias.

Hace unas semanas vi una entrevista del friki Sánchez Dragó a Bunbury y al hijo de Alejandro Jodorowski, el psicomago director de ese sicotrópico con forma de película que es "El Topo". Me joden especialmente los tipos que van de especiales y son unos farsantes. Bunbury es especial, Dragó un pedante y Jodorowski Jr. un jeta. ¿Demasiadas jotas?

2 comentarios:

Unknown dijo...

Perdona, ¿pero por qué parecía playback?. Un saludo.

Santi Rubín dijo...

Playback: dícese de cuando un cantante no canta, valga la refanfinfla, sino que lo que hacen es bajarse el disco del emule y ponerlo de fondo. Entonces el cantante mueve la boca y parece como que canta, pero no.

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