martes, 8 de abril de 2014

pierre

No había ni un solo soldado, desde el de mayor graduación hasta el más raso de todos los rasos, en la trinchera Tesoro Sol, que no conociese a Pierre Sauvin. Desde el día en que llegó al frente, con su aire distraído y un aspecto infantil, se había ganado el cariño de todos, aunque más de uno pensó que su presencia era seguramente debida a que algún funcionario del centro regional de reclutamiento había errado en las cuentas y fruto de ello había sido llamado a filas.

Pierre era el menor de cuatro hermanos, nacido cuando los demás ya ayudaban en las tareas de la casa y efecto de otro error de cuentas, y, su madre, Marie, mujer antigua y descuidada por su marido, se había refugiado en él. Por ello, cuando escuchó el timbre de la bicicleta de monsieur Gustave, el cartero del pueblo, aproximarse a casa, aquél caluroso día de agosto, pese a ello, se le heló la sangre.

Duró en Tesoro Sol exactamente 12 días, en los que no llegó ni a ser adiestrado en el uso del Lebel, porque una esquirla de una granada alemana le arrancó 3 dedos de su mano izquierda y otra casi le perforó el cráneo, por lo que fue evacuado a un hospital de campaña cerca de Soissons, donde las infecciones de sus heridas parecía que difícilmente serían curadas y sólo le esperaba fallecer sin dolor, como así pronosticó el médico que le atendía, el doctor Alain Montauban, que le concedió menos de una semana de vida.

Pero en este caso las cuentas que fallaron fueron las del doctor Montauban, porque Pierre aguantó, o mejor dicho, su corazón aguantó, aunque la herida de la cabeza le retrocedió a una edad incluso anterior a la que su aspecto delataba. Cuando fui dado de alta en el hospital, cuatro meses después de su llegada, se desvivía intentando aprender a montar en bici como lo haría un niño de 5 años.

No hay comentarios:

free hit counters