Nos citamos en un restaurante italiano del centro, de esos donde suelen ir los hombres de negocios a cerrar tratos, elegante y discreto. Cuando llegué estaba ya sentada a la mesa, esperando, de espaldas a la puerta de la sala, por lo que no me vió llegar. La sorprendí, se levantó, me besó tres veces en las mejillas, y cuando tomé un poco de distancia y la vi bien, frente a mí, le dije un sincero "you look really very nice".
Me enseñó sus manos, como se enseñan en los anuncios de bisutería, y me dijo muy orgullosa que ya no se mordía las uñas. Sonrió. Hacía tiempo que no la veía así, hacía tiempo que no la veía sonreir así. Estaba realmente guapa, especialmente radiante y contenta, y eso le daba un plus de belleza. Pensé instintivamente en esa canción que dice "perderme, por lo que yo ví, te rejuvenece".
Hablamos de nada importante.
Después de comer, la acompañé a tomar un taxi.
No pude por menos que enviarle un sms. "Sorry cause I didn't realize what was happening".
5 comentarios:
De todas, fue la mejor. Sin que nadie se ofenda
Inés
Frío, frío
Para no olvidarme nunca
La mejor está por llegar.
Es tarea fácil.
A veces las tareas fáciles pueden convertirse en grandes empresas.
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