gotas de lluvia fijas, inmóviles, paradas sobre los cristales de las ventanas de una habitación a oscuras, sólo iluminada por las luces que vienen de la calle, donde es de noche y el tiempo parece frío pero no desapacible.
dos copas de cristal sobre una mesa de madera, una con manchas de carmín en los bordes y las dos con restos de vino tinto en el fondo.
una mujer camina despacio hacia la ventana, de espaldas a la cámara, con una camiseta negra de tirantes, con los hombros desnudos. En un plano más corto, de su cuello y de su hombro derecho, unos labios de hombre se acercan y le rozan el cuello lentamente, sin besarlo.
la mujer se estremece y se gira a cámara lenta.
fundido en negro.
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