viernes, 28 de febrero de 2014

nacer y morir

No decidimos ni nacer, ni cuando nacer. Un día, de buenas a primeras, se genera un garbancito del que salimos, con toda esa historia de la semillita que los adultos colocan donde ellos saben, claro, y, sin que nadie nos lo hubiera pedido, nos vemos obligados a salir al mundo. Que cada vez está peor, aprovecho para apuntillar.

Y generalmente no decidimos morir, excepto la Verónica de Coelho. Y no sabemos cuando se producirá. Y tengo entendido que alguien lo decide jugando a los dados. Y entonces, vas, y abandonas el mundo, sin despedirte.

Hay muchas presuntas paradojas alrededor de estos procesos. Muchas veces, lo que te mata, como el escorpión que cruzaba la rana, muere contigo. Qué estupida paradoja, ¿no? Como decía la canción de Pedro Guerra, "para que nos vean, nos tapamos el rostro" y "para vivir, morimos".

No hay comentarios:

free hit counters