La estacion de autobuses de Seko contradice cualquier teoria sobre el caos. Es uno de los lugares en donde se parte en tro-tro, una furgoneta de 14 plazas mas conductor en la que mi maleta grande paga, como yo, 5 cedis, menos de dos euros, hacia Koforidua.
Si a la salida del propio recinto se le puede calificar de africana, del trafico que hay saliendo de Accra no se ni que decir. Horroroso seria exagerar por lo bajo. Y que el precio del viaje, 5 cedis, cueste menos que mi taxi del hotel a la estacion, 7 cedis, no quiero ni que nadie pierda el tiempo en explicarmelo, porque, citando a Murakami en 1Q84, si no lo entiendo ahora, por mucho que me expliquen no lo entendere.
El paisaje es sorprendentemente verde, quizas por epoca de lluvias, y con unas vistas muy chulas desde las montaÑas.
El viaje es comodo, pese a llevar una de las maletas encima de mi, y lo que ya me resulta normal son los sonidos de claxon del que todos los conductores exageran para que algun incauto se de cuenta que se acercan a el, lo cual no evita que, en muchos cruces, impere la ley de los huevos mas grandes: el que los tiene, pasa primero, y mucho claxon pero poco insulto a la espaÑola.
(Mientras escribia esto, y puede resultar muy frio, la furgoneta que iba delante de nosotros acaba de atropellar a una persona. Una vida tiene que hacerse valer mucho mas)
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