La última de las visitas guiadas la hice el pasado viernes a Cachi. En todas las excursiones varió tanto el guía como los acompañantes. Este día mis compañeros eran todos gente mayor, tan mayores, tan mayores, que yo era el más joven de todos.
En el viaje, de lo más destacable. que en Cachi me encontré a unas personas con las que había coincidido en el tour del día anterior a Humahuaca, una pareja de irlandeses (el se llamaba Steve, creo, ella no lo sé) y una chica argentina. Ésta se había enfadado realmente el día anterior porque un porteño (en adelante, el gilipollas) había sido muy pedante con Miguel (el oscense) y con los irlandeses. A Miguel me consta que no le importó en absoluto, porque lo comentamos, y los irlandeses fueron buena parte de la excursión dormidos, por las cervezas del día anterior, por lo cual tampoco pareció importarles los desplantes del gilipollas. Son muy sentidos los argentinos.
Con los irlandeses tuve una charla más distendida, él estaba al día de la liga española, porque leía todos los lunes la crónica que un irlandés afincado en San Sebastián, y seguidor de la Real y del Eibar, escribe en internet. Cuando le dije que era de Gijón, dijo (léase con acento irlandés): "Sporting de Gijón, Kevin Moran, jugador muy bravo". Estos chicos, al igual que bastante gente de la que te encuentras, están por aquí en viajes largos para recorrer buena parte de Sudamérica. Ellos, en concreto, se volverán después de un viaje de 4 meses, las chicas francesas (Eléonore y Nellie) llegaron hace un par de semanas y se vuelven en julio, es decir, excepto los argentinos y yo, casi todo el mundo se viene a pasar una temporada larga.
Hoy es mi último día en Salta, tengo un avión de vuelta a BsAs a las 21.15, y me vuelvo sólo con la espina de no haber podido ir a Iruya, que es uno de los pueblos más bonitos de esta zona. Otra de mis intenciones era llegar hasta La Quica (frontera con Bolivia) y pasar al altiplano, pero queda realmente lejos de Salta, el bus tarda 7 horas en llegar, y, además, aquí me encontré cómodo el tiempo que estuve.
Cuando salí del hostel esta mañana se me unió, en mi último paseo, una chica también hospedada allí, Melisa Goldman, porteña, judía delatada por el apellido, que se desplaza hacia el norte. Paradójicamente, un español le hizo de guía en Salta. Besos y suerte en tu viaje.
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