miércoles, 15 de diciembre de 2010

PM

Nos citamos en un restaurante italiano del centro, de esos donde suelen ir los hombres de negocios a cerrar tratos, elegante y discreto. Cuando llegué estaba ya sentada a la mesa, esperando, de espaldas a la puerta de la sala, por lo que no me vió llegar. La sorprendí, se levantó, me besó tres veces en las mejillas, y cuando tomé un poco de distancia y la vi bien, frente a mí, le dije un sincero "you look really very nice".

Me enseñó sus manos, como se enseñan en los anuncios de bisutería, y me dijo muy orgullosa que ya no se mordía las uñas. Sonrió. Hacía tiempo que no la veía así, hacía tiempo que no la veía sonreir así. Estaba realmente guapa, especialmente radiante y contenta, y eso le daba un plus de belleza. Pensé instintivamente en esa canción que dice "perderme, por lo que yo ví, te rejuvenece".

Hablamos de nada importante.

Después de comer, la acompañé a tomar un taxi.

No pude por menos que enviarle un sms. "Sorry cause I didn't realize what was happening".

5 comentarios:

Anónimo dijo...

De todas, fue la mejor. Sin que nadie se ofenda
Inés

Santi Rubín dijo...

Frío, frío
Para no olvidarme nunca

Anónimo dijo...

La mejor está por llegar.

Santi Rubín dijo...

Es tarea fácil.

Anónimo dijo...

A veces las tareas fáciles pueden convertirse en grandes empresas.

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