Desde hace muchos años, el sistema educativo español se ha impuesto la necesidad imperiosa de que se eduque a los ciudadanitos para que no piensen. Es la típica confabulación maquiavélica de los sistemas políticos que, amparándose y basados en fancines rimbombantes e igualitarios anunciados a bombo y platillo, con permiso de la SGAE, mucho cuidado con los derechos de autor, lo que pretenden es, ni mayor ni menor simpleza, generar tontos.
La generación de tontos por parte de un sistema educativo es una ventaja para determinados charlatanes. Esos que nunca fallan, que nunca se equivocan, que lanzan apocalípticos mensajes al espacio exterior como los de Welles en "La guerra de los mundos".
Defendamos la propia opinión, y no aceptemos que otros piensen por nosotros.
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